Esta sola. Completamente sola, a pesar de los cientos de gentilhombres que la rodean. Encerrada en el enorme y frio castillo. Cada segundo que pasa, envejece a causa del aburrimiento. La gran reina que lo ha visto todo, decide por consejo de los mas inteligentes asomarse a las ventanas para observar, una vez más, el amplio territorio bajo su manto.
Cierra los ojos, y mientras el viendo golpea suavemente su rostro, vuelve a ser aquella niña que dejo hace tanto tiempo atrás. Aquella niña que corría por los prados descalza y sin preocupaciones.
Ahora anciana e inmóvil frente a un campo de frutillas, deja que las lágrimas escapen por su rostro avejentado. Llora de alegría,por los recuerdos que regresan, y aquella niña en su interior renace deseosa de vivir, para convertirse en la gran reina que la observa desde su ventana rosada.
